La de hoy promete ser una entrada breve. Sin tener mucha idea del tema boliviano, he supuesto tras leer algunas noticias respecto a la actual situación política que la grieta que parece atravesar el país y que en los periódicos españoles se presenta como una escisión de tipo económico puede en definitiva acabar siendo contraproducente para el proceso democrático iniciado por Morales.
Como digo sé poco de la cuestión y por ello no pretendo extenderme. Pienso en la situación española, en sus autonomías y en los conflictos que genera la repartición de la riqueza entre las diversas regiones. Unos ponen más dinero en la olla común y aspiran por ello a recibir más en el reparto general. Craso error desde mi punto de vista. Un estado de tipo autonómico se basa en la solidaridad de las comunidades entre sí, en un proyecto de progreso y mejora común que abarque a todos, no sólo a los que son ricos de antemano. En España, la cuestión del reparto es un tema conflictivo, recurrente en época de elecciones autonómicas, arbitrario en sus datos y de fácil manejo desde las distintas ópticas que lo polarizan.
En Bolivia parece amenazar a la propia esencia del Estado, a la mera existencia del país. Esto no carece de peligro. Ya es difícil alcanzar la soberanía nacional, mantenerla y desarrollarla teniendo como "amables" vecinos a los estadounidenses y siendo azotados por los intereses económicos de las grandes compañías yanquis. No digamos si extendemos el espectro de intereses económicos al ámbito global. Entonces se advierte que es poco aconsejable hacer la guerra por su cuenta, desde la pequeña autonomía próspera, en la creencia de que la riqueza particular no depende del contexto general.
Conocemos todos el dicho "divide y vencerás" que en tantas ocasiones se verifica. Me pregunto a quién beneficia la división del pequeño país andino. Qué intereses de tipo global esperan detrás de la puerta a que las rivalidades, los intereses creados, las oligarquías y los desheredados se acaben tirando de los pelos. La historia de Latinoamérica está plagada de desencuentros, de injerencias externas, de explotaciones salvajes y de desidias ominosas con respecto a las comunidades indígenas. Morales se presentó en la palestra política como una esperanza de futuro. Lo deseable es que se trate de un porvenir próspero y aglutinador de todos los estratos sociales, económicos y políticos presentes en el país. Ojalá no se cumpla el maleficio. Ojalá se imponga la sentencia contraria: la unión hace la fuerza.
2 comentarios:
Necesitaría, Marta querida, cinco o seis tardesnochesmadrugadas de discusión y acaloramientos dialéctico-etílicos contigo. En primer lugar porque es muy divertido y siempre lo hemos hecho muy bien, pero sobre todo porque la situación en Latinoamérica, las relaciones de poder, las intenciones ocultas y los intereses subyacentes resultan actualmente un enigma para mí. Un enigma cansado. Vamos que no sé que pensar, y me gustaría que me iluminaras un poco, me confirmaras, me desmintieras, etc. A ver si lo hacemos. Besos a tí y a Mila.
Oye picabia, no caigo ahora pero también me apunto a esas veladas que yo también ando floja en Latinoamerica.
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