viernes, 11 de julio de 2008

El milagro de la resurrección

Os pregunto: ¿en qué contexto se lee ultimamente esta palabra -resurrección- casi a diario? ¿Para quién esa resurrección milagrosa y las portadas de tantos periódicos y revistas? ¿Por qué no llamarlo a secas lo que es, un rescate, un liberación, una recuperación del propio destino? La Sra. Betancourt está en París, resucitada y presente corporalmente en fotos e imágenes de televisión. ¿Perdió alguna vez el cuerpo esta mujer y por ello ha vuelto de entre los muertos?
No me considero capacitada para desperdigar opiniones sin fundamento en relación a la cuestión de las FARC. Tampoco para callarme mi asombro cuando converso con algunos colombianos y les pregunto cómo se puede vivir una guerra civil de 40 años y no llamarla así. Es decir, el problema interior del país existe desde antes de que yo naciera y más allá de calificaciones políticas o ideológicas habrá de guardar alguna relación con temas como desigualdad social, reparto injusto de las riquezas (inmensas), aglutinamiento del poder legislativo y ejecutivo en manos de una élite oligárquica, corrupción administrativa, mala gestión de las zonas apartadas de la capital, etc...Recuerdo el asalto al Palacio de Justicia de Bogotá en 1986 (si me equivoco, por favor corregídme), acto violento en el que murieron muchas personas de las que nunca se recuperaron los cuerpos porque fueron calcinados, desfigurados con la clara voluntad de que no fueran reconocidos...Culpables de aquello no hubo nunca...Como os digo, la guerra civil colombiana es un mito.
E. González, una de las muchas vícitmas de aquel asalto, abogado de oficio y comprometido ciudadano con la meta de la paz nacional nunca encontró una tumba en la que reposaran sus restos...Tampoco éstos fueron nunca localizados. De E. González se olvidó Colombia entera, sumida en años aún más oscuros, en silencios perpetuos. Su mujer no consiguió dignificar su ausencia con una tumba ni lograr que su gestión valerosa de años tuviera un mínimo reconocimiento que explicar a la hija común. Aquel abogado defensor no resucitó ni nadie lo va a hacer resucitar ahora.
Si algo me molesta de la triunfante liberación de la Sra. Betancourt es el protagonismo que se otorga a este cuerpo resucitado y al discurso milagroso que la acompaña. Las referencias continuas a la virgen, al clero vaticano y a la fe que mueve montañas. Propongo un momento de recogimiento mediático, un acto de contricción privada en el que se recuerde más allá de triunfalismos de corte mesiánico que la historia de Colombia en las últimas décadas está plagada de cadáveres, de tumbas vacías, de héroes anónimos cuya memoria rara vez se encarna y resucita para al menos ser recordada en los momentos de gloria como el actual...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Usando los términos planteados: “Resurrección” como metáfora para el hecho de haber recuperado su libertad: sí. “Milagro”: no.
Con el rescate de Ingrid Betancourt y unos pocos secuestrados más no se soluciona el conflicto colombiano, que Marta correctamente ha llamado guerra. Una guerra que se intentó ocultar y a la que muchos le han dado la espalda, por ejemplo aquellos colombianos que no la han sufrido directamente. Así hemos dejado pasar, entre otros, los desaparecidos del Palacio de Justicia, el exterminio de la UP, masacres anunciadas de grupos alzados en armas, la impunidad de los paramilitares, la compra de votos para la reelección y, ojalá no vaya a ser así, el delito de perfidia cometido durante el famosísimo rescate de Betancourt. La propuesta de un recogimiento mediático se hace necesaria para dejar a un lado el desfile de héroes de Nariño y del Elíseo y el olvido de tantas víctimas.

marta dijo...

Estoy de acuerdo contigo y te agredezco la puntualización y ampliación de esos olvidados de todos y sobre todo del Estado colombiano. No quise ni mirar el montaje, de nuevo mediático, orquestado entre París y Leticia. Aborrezco los actos de demostración pública política por muy bien disfrazados que vayan de obra popular y voluntaria. Desconfío de todo montaje preparado desde cualquier gobierno. Me pregunto si realmente existe una sociedad civil colombiana, independiente y crítica con el Estado...Sí, ese ente todopoderoso que por ahora en Colombia no ha garantizado ni paz, ni justicia, ni reparto...Queda pues esperar. Marta

Anónimo dijo...

Hasta ahora sólo he aportado dos comentarios a este blog y no por gusto propio he cerrado con malas noticias. La de hoy es la que me salió en la pantalla del computador al terminar de leer mi correo en Hotmail: "Jefe paramilitar colombiano logró acuerdo con justicia en EEUU". A este Mancuso, acusado de numerosas masacres en Colombia, le van a dar, aparentemente, sólo 27 años de prisión a cambio de algunas informaciones y de la entrega de sus propiedades, que seguramente irán a servir para el cultivo de palma de cera. Esto me suena a olvido otra vez. Y otra vez se me viene a la cabeza la imagen del hijo del ex-diputado de la UP asesinado en 1991, así como se aparece una masacre en unas fotografías en el cuento de Cortázar "Apocalipsis de Solentiname".