domingo, 11 de abril de 2010

Pavel Dan

Tan solo he tenido la suerte de leer los Cuentos transilvanos de Pavel Dan que El Nadir acaba de editar en castellano. De la mano de Rafael Pisot y Cristina Sava se me presenta este libro maravilloso, cual Pedro Páramo. Y no me va a quedar más que releerlo alguna que otra vez, casi obsesivamente, el resto de mi vida. Así, no merecerá la pena morirse.

"El frío aliento de la escarcha ha quemado la jugosa hierba del otoño; los senderos están repletos de hojas amarillas. Entre las acacias desnudas se divisa la lejanía, como entre los huesos pardos de un esqueleto". Con este fragmento empieza también una reseña de Guillermo Arróniz López sobre el libro.

Traducidos por primera vez al francés en 1945, al húngaro en 1959, al ruso y alemán en 1963 o al inglés en 2002, somos ahora nosotros, los hispanohablantes, los que podemos gozar del fascinante mundo rumano que Pavel Dan retrata. Me tomo licencia de inventarme un encuadre para Dan, un realismo mágico rumano más allá del realismo crítico y social. Y me tomo esta licencia desde la ignorancia, ya que la realidad en ocasiones, escapa al conocimiento.

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