lunes, 27 de agosto de 2007

EL FIN DEL VERANO


Este fue el título de una de las canciones de éxito de un grupo algo casposo pero imprescindible para entender la juventud de nuestros padres en la España de los "no Beatles, no sex, no fun". El Dúo Dinámico fue un sustituto a lo ibérico de los escarabajos y esto implicaba naturalmente peinados de niño modosito, besitos en la mejilla y una diversión contenida que no derivase en lo sicalíptico (palabra esta también de los tiempos de María Castaña). Además, Manuel de la Calva y Ramón Arcusa no tenían más morbo que el que pudiese despedir un ex-seminarista....Es decir, ninguno. En esto hasta mi madre está de acuerdo.


No tengo por qué hablaros de este duo del pop temprano español. Es más, si lo hiciese sería una pérdida de tiempo pues hubo mejores grupos. No obstante, Manuel y Ramón sacaron en algún momento de su extensa carrera una canción que años más tarde sería el leit motiv que acompañaría los largos atardeceres y súbitas noches que caracterizan los últimos días de agosto: El fin del verano. Siempre que, de repente, me encuentro en un 27 o en un 29 de agosto me entra la nostalgia. La melodía facilona y pegadiza del Dúo Dinámico se acomoda en una actitud repetitiva, torturante casi, que sobrevuela mi cerebro aún después de pasados tantos años alejada del ruido mediático peninsular. Parece que lo escuchado de niña y asociado a una luz concreta, a las noches fresquitas y a las últimas ferias pueblerinas del estío no se borró de la mente y ahora lo arrastro con una melancolía sureña que ni yo misma aguanto por no saber cómo justificarla. Quiero decir, en Frankfurt el verano, si empezó, lleva finalizando unas cuantas semanas y me podía haber dado ya hace tiempo un ataque de tristeza estival del que me hubiese deshecho dignamente allá por julio. Pero no, aquí estamos de nuevo, lamentando el fin del verano.


Me aburre esta recurrencia kitsch y no veo manera de desembarazarme de ella. Siempre pienso que el año que viene optaré por dejar lugar a otros modos sentimentales pero por ahora me muevo en el ámbito espeso y brumoso de la nostalgia barata. Por eso he decidido racionalizarla un poco y sincerarme en este blog. En realidad, me gustaría saber si soy rarita en esto de añorar los veranos como el perro que aúlla tras su amo muerto o es un giro afectivo común entre aquellos que se criaron en latitudes similares a la mía. Esas donde la época veraniega es el "referente temporal" por antonomasia, marcando en las biografías individuales cesuras, temblores y cicatrices por su larga duración y sobre todo por el sensualismo que va unido a todo lo que sea caluroso, sudoroso y siestero (y sin trabajo, por supuesto).


Pero no pasa nada. El fin llega y el comienzo se acerca. A esta nostalgia que me pesa de vez en cuando la mandaré a tomar viento o la torturaré yo de vuelta, obligándola a exponerse una y otra vez a las voces melosas y antediluvianas del Dúo que deambulan virtuales por la red. Terapia de choque es el resto que me queda si no funcionase esta entrada, pero dicen que el primer paso para "quitarse" de lo que sea es ser conscientes del problema y leyendo estos parrafitos se me ocurre que esta será la primera y la última vez que le dedique tiempo a esta temática. Quién sabe, puede que hoy culmine la morriña por el fin del verano, que sea el final del fin. Mi conflicto no tendrá solución reconocida hasta el próximo agosto. Menos mal que no todo se resuelve en un día.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuánta razón tienes.El verano llega a su fin. Los días se esfuman con tal rapidez que no sé si estoy colocada o si es la pura y dura realidad. Se me escapa el tiempo. Se me ha escapado el verano. Seguro que El Corte Inglés ya tiene en sus escaparates todo preparado para la temida "vuelta al cole" que en mi caso se ha convertido en la "vuelta al trabajo".
En fin, este trance es obligatorio y lo llevaré lo mejor que pueda. Siempre me queda el recuerdo de unas bonitas vacaciones.
Llumeneta

Anónimo dijo...

Siento decirte que no me suena la cancioncita del Duo Dinamico a pesar de haber pasado mi infancia pegado al tubo catodico contemplando las peliculas patrias de monstruos mediaticos del franquismo como Marisol (quien hizo una pelicula con ellos), Joselito o Alfredo Landa con Conchita (que no Concha) Velasco. Pero no te preocupes, porque con la moda del musical resulta que regresan los muertos vivientes de tiempos pasados para hacernos revivir sus "greatest hits" a golpe de musical. Estos ya se parecen a Lina Morgan, quien con 65 años se dedica a interpretar papelitos de veinteañera recien llegada del pueblo.
Quien sabe, quizas estamos presenciando el resurgir de una nueva "opera chica", viendo que la zarzuela esta casi extinguida...

Anónimo dijo...

Bukowski, me dejas de piedra con esa imagen que mandas por la red a través de explícitas palabras...No puedo creer realmente que Lina siga en lo suyo, como si no hubiese pasado nada, como si el rey no hubiera envejecido y el príncipe no tuviera ya dos niñas. España se hace vieja y con ella sus viejas glorias. A mí todo me parece rancio y caduco, incluida la canción del fin del verano. Imagino que también en el futuro a las nuevas generaciones les parecerá ridículo y zafio el panorama musical creado por Operación Triunfo & Co. Vamos, que es una cuestión de etapas históricas y que llevamos de capa caída unas cuantas décadas. ¡Ay, qué pena, penita, pena! Marta

Anónimo dijo...

Hola Marta, Bukowski y Llumeneta:
Lo que a mí me ha sorprendido es que Bukowski no recuerde la canción:
El final del verano
llegó
y tú partirás.
Yo no sé hasta cuando...
La vuelta al cole me ha traido grandes recuerdos. Para mí nunca fue una experiencia traumática, como tampoco lo es volver al trabajo o levantarme el lunes temprano y empezar la semana. Sin embargo, he de decir que algo hemos perdido con el paso de los años y es la mochila nueva. Creo que me voy a ir de compras y veré si hay algún bolso que me pegue con la vuelta al cole.

Anónimo dijo...

Por desgracia para la radioformula imperante, mi primera impronta musical de la infancia son los Beatles cantando "Get Back" desde una azotea, para pasar posteriormente, no sin traumas, por un batiburrillo conformado por la Motown, Bee Gees,Duran Duran, Spandau Ballet, variados engendros de la Movida y al incomparable Antonio Molina ( los 80 fueron muy duros, lo reconozco).
Aparte, llevo trabajando casi todo el verano, con lo que la vuelta al cole no tiene mucho sentido, excepto por los anuncios del inefable Corte Ingles y sus Cortycoles.
Asi que si tuviera que escoger la banda sonora para estos momentos, me remitiria a una cancion del genial e incomprendido Luis Aguile.
Y no me voy a enrollar mas, que estoy trabajando, ¡hala! Saludos a todos.
http://www.youtube.com/watch?v=JL9SX5ThxDg

Anónimo dijo...

"...EL LUGAR DE LAS HORAS FELICES"

Hay! esos veranos en La Antilla..., esa Virgen de la Bella y esas cajas de fresas a veinte duros...

Esa playa con 70 grados a la sombra y 9 ó 10 personas por metro cuadrado (y por cierto, con el 95% de la población de Badajoz en ella...) Esa ducha reconfortante en casa de alguien, esa calle Castilla, esos paseos calle arriba y calle abajo (creo recordar que sólo existía esa calle a finales de los 80 y principios de los 90). Ese Burger Lino's que entonces no pasaría ni una norma sanitaria europea (ni africana, supongo), después el helado en La Frágola... y más tarde esos bares con precios populares (ahí ya me perdía yo...) pero creo recordar que el disco-pub más modenno era El Espigón, equivalente choquero al Club 54 y para una o dos cervecitas si que nos daba... Eso sí que eran veranos, cuando casi todo era sencillo y divertido...

Nostalgia, pues sí, eso sí que eran veranos, sin cambios climáticos ni Satan-Bush gerreando por ahí...!

aquí os djo una prueba de mi arte por entonces: http://youtube.com/watch?v=Cejq10jZ0kQ

Saludos batracios, Michael.

Anónimo dijo...

Michael te cojo hijo...¡Qué recuerdos! De Badajoz a Praga son muchos años de veraneo. Viva Kit y lo que lo hemos necesitado. Marta