
Acaba de empezar el semestre y tras la histeria colectiva de la primera semana se ha pasado a una nerviosidad latente pero controlada. No es mi estado de ánimo, no, a pesar de que ayer me atropellara un coche y me haya dejado un tanto traspuesta, sino el de los estudiantes. Algunos de ellos se convierten en sus respectivos Dr. Jekyll cuando por entrar en un curso, que en ocasiones no es de su nivel o no lo necesitan, nos venderían hasta a su madre. Con todo, la semana próxima será otra cosa. Las aguas siempre vuelven a su cauce.
Otra de las cosas que he aprendido estos días indirectamente de una estudiante - puesto que no es estudiante mía- es que sé lenguas que no sabía que supiera. En realidad, la conclusión de esta estudiante es muy racional: "- Yo esto lo sé, lo único complicado es el vocabulario. " Esta respuesta se fundamenta en que ella sabe ya conversar con la gente y contarle qué gustos y aficiones tiene, lo único complicado es el vocabulario en español. Eso sí, ante tal pequeñez no se arredra y la tenemos en cursos de nivel superior. A mí hablar en chino tampoco se me da mal, lo único complicado es el vocabulario.
La enseñanza de lenguas es un mundo fascinante y no sólo por estas constelaciones. En realidad la lengua misma es cambio constante y ello la hace maravillosa. Si antes se decía que algo molaba mogollón, hoy en la jerga juvenil peninsular se dice que mola mazo. Eso de mogollón debe sonar ya a algo cursi y pasado de moda. Totalmente obsoleto son palabras como "tronco". Aún recuerdo frases del tipo: " ¡Eh¡, ¿Qué pasa tronco?" ( Rehílese la s) que viene a equivaler al qué tal. La tronca de entonces se ha convertido en churri y, la verdad, aquí es donde noto la edad y me pongo un tanto "pureta" al oír cosas del tipo: "- Es un mojón hacer una operación gamba con esa churri". Por una parte, me parece estilísticamente poco lograda, quizá porque nunca sonaron bien las palabras bisílabas terminadas en -ón. Por otra parte, no acabo de entender si una operación gamba es algo bueno o malo. A primera vista diría que malo pero no sé, así es que para gente de mi generación que nos den un diccionario y nos lo traduzcan. Con ello nos facilitan la tarea y podemos entender que tal frasecita significa "es una tontería intentar ligar con esa chica que está muy buena pero es fea de cara".
En San Millán de la Cogolla se acaban de reunir unos cuantos filólogos para debatir el lenguaje de los chats y sms, que también se las trae pero que resulta de un cómodo que pa qué. Tal y como ha ocurrido con el lenguaje de la movida, dejará algún resto en el español estándar, pero sólo alguno. No sé si mazo persistirá, lo que está claro es que la voz caló molar ya lo ha hecho.
Tema interesantísimo. Incluso me hubiera gustado asistir al congreso si no me hubiera pillado con el principio de semestre. Seguro que ha molado mazo.
Bueno, por hoy me despido de ustedes hasta otra ocasión. Les escribiré cdo tnga + tmpo y + csas k cntar.
2 comentarios:
Del mismo modo que cada maestrillo tiene su librillo, cada generación parece tener su código lingüístico, más o menos grosero, depurado, jeroglífico o secretista. A mí lo del móvil me llega a exasperar, no entendiendo nada de esas letritas unidas por signos matemáticos y prefiriendo quedarme en la inopia los sábados por la noche antes que descifrar lo que mi amiga Puri bien podría decirme por la tarde cuando nos vemos para tomar café. Pero claro, Puri tiene un afán enorme por mostrarme su nueva adquisición mediática ya que no puede fardar de coche de estreno. En realidad todos nos movemos con los mismos esquemas exhibicionistas. Unos sacan el Ferrari a pasear, otros el móvil o la última chaquetita de Tara. Como siempre hay niveles y niveles.
Lo que mi amiga Puri no dice es que habla idiomas pero que le falta aprender el vocabulario. Si tuviera semejante talante o "morro" seguro que se habría recorrido el mundo de arriba a abajo con sus dotes comunicativas. Ella sigue ahí, en su barrio, aprendiendo vocablos y giros idiomáticos de las diversas lenguas que pueblan su escalera, sin necesidad de dejar de barrerla. Una maravilla y sin aires de grandeza. Toda una señora. Una lección para algunos estudiantes envalentonados.
Lo de la gamba lo conozco. Tuve yo una vez un noviete jerezano que me decía los sábados por la noche: "Niña, de tí se puede aprovechar todo menos la cabeza, como las gambas". Me deshice del desalmado rockero de tupé y estilo Elvis en cuanto pude y lo del marisco me lo tomé como una prueba de fuego más propia de las relaciones entre los sexos. Churri no me llamó nunca el jerezano y en eso le alabo el gusto.
Menos mal que ya todo aquello pasó y que vivo alejada de la jerga juvenil, estudiantil, mediática y capitalista. Ahora soy pobre y me encanta sentarme con Puri en su requetelimpia escalera del portal a comer pipas. Si fueran gambas, quedaríamos tal vez más satisfechas, pero las pipas dan mucho juego...Escupiéndolas a los desgraciados que andan por el mundo soltando Churris, Conejitos, Bombocitos y otras necedades, nos libramos de alguna que otra furia interna no articulada verbalmente. Terapia de grupo, podría decirse y sin necesidad de médicos o aparatos. El mundo podría ser tan sencillo...Mari Loli Quinina
Publicar un comentario