En agosto consumimos nuestra euforia viendo a Phelps y Bolt. Ahora casi nadie mira ya para China a pesar de que la competición sigue y sigue.
De hecho me entristece pensar que no veamos las competiciones ni siquiera con la mitad de ilusión que lo hicimos en agosto. Quizá porque esta vez los que corren, corren menos. Aunque logren más.
Una zaragozana, quizá como cierre de la Expo, ha conseguido más medallas que el propio Bolt. De ella quizás usted sepa el nombre. Muchos lo ignoran. Ignoran hasta en qué disciplina lo ha conseguido. Porque por una coyuntura desalmada nos interesan menos sus logros. Sin palabras.
Una colega mía comenta en ocasiones que a los hombres les pasa la vida, a veces, por delante, sin más y no la sufren. La vida se sufre así como se goza. Ella opina que las mujeres la han de sufrir por su condición, mes a mes, en cada parto y seguir siendo ellas, sin quejas ni lamentos sabiendo que el dolor es parte del gozo de la vida. Hoy, leyendo el periódico, encuentro un hombre que comparte esta filosofía con ella: Abderramán Ait Kamouch, quien ha dicho que "el mundo avanza sólo gracias al sacrificio de las mujeres". Quizá por haberse dado cuenta, es él un ganador, un ganador desconocido porque también él compite como paralímpico.
Mis respetos y admiración por saber ver la vida con valor de mujer.
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