jueves, 20 de diciembre de 2007

Free Rainer por Isabel Legutke

Dirección: Hans Weingartner (Die Fetten Jahre Sind Vorbei)
Actores: Moritz Bleibtreu, Milan Peschel
País: Alemania
Año: 2007
Duración: 135 minutos
Clasificación: Mayores de 12 años


Free Rainer, la nueva película con el actor Moritz Bleibtreu, conocido por grandes éxitos como Das Experiment o Lola Rent, es un cuento romántico sobre la revolución de la sociedad. Tiene lugar en la actualidad y combina el motivo del cambio total de la sociedad moderna, dominada y manipulada por los medios de comunicación, con una historia delicada de amor y amistad.
Rainer, el protagonista de la historia es empleado en altas funciones del canal TSS, un canal ficticio con fama de ser el más capitalista de Alemania que sólo produce shows sin ningún contenido educativo y con el único propósito de obtener el número más alto de telespectadores. Rainer está viviendo su vida al extremo. Siempre va drogado de cocaína y no le importa nadie ni nada. Esto cambia drásticamente cunado casi muere en un accidente de coche causado intencionalmente por una mujer joven, llamada Pegah, que buscaba venganza por la muerte de su abuelo. Su abuelo se había suicidado debido a un reportaje muy mal investigado por el canal TSS que le hizo perder su trabajo y su buena reputación.
Este accidente despierta a Rainer de su viaje de egoísmo y se une con Pegah para empezar un proyecto muy ambicioso: cambiar la sociedad manipulando las estadísticas del índice de audiencia.
Junto con un equipo de ayudantes Rainer y Pegah se ven enfrentados a varios problemas diferentes, desde dificultades de organización a conflictos personales entre los personajes. Pero al final consiguen lo que han soñado. La sociedad rechaza los programas de televisión consumistas, lo que resulta la quiebra de TSS, y experimenta una revolución intelectual. Free Rainer termina enseñándonos el equipo de revolucionarios en el comienzo de un proyecto nuevo que consiste en la manipulación de las estadísticas de consumo en los supermercados. ¡Que continúe la revolución!
Free Rainer convence en muchos niveles diferentes. Primero la realización audiovisual consigue muy bien involucrar al espectador transmitiendo las emociones y sentimientos de las escenas diferentes. Cuando Rainer se tambalea por los pasillos de TSS delirando por la cocaína, el espectador ve imágenes confusas y borrosas, mareándose con el protagonista. Pero no es simplemente en las situaciones extremas donde Free Rainer hace disfrutar al público. Las imágenes de escenas más cotidianas están llenas de una riqueza y belleza especial.
Algo que hay que destacar son los personajes. No son personalidades en blanco y negro como en muchas películas de Hollywood, sino que cada uno tiene sus bondades y sus abismos. Incluso “el malo”, el director de TSS, no es un simple monstruo sino realmente un pobre patético que lucha por no perder su empleo.
Por un lado, la película nos muestra lo que es luchar por sus ideales hoy en día. Cada uno de nosotros ha vivido el deseo de cambiar, mejorar, revolucionar la sociedad pero se ha sentido demasiado insignificante para realmente tener el poder de actuar. Free Rainer enseña que vale la pena. Pero a la vez hay que subrayar que es un cuento, algo que se pone en claro en un final medio cursi. Lo bueno se ha impuesto a lo malo y el mundo se ha vuelto algo mejor. Un cuento no tiene la ambición ni de cambiar el mundo ni de ser realista pero sí tiene objetivo de secuestrar al público de la propia realidad y hacerle soñar. Free Rainer lo cumple.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En mi opinión no es conveniente invertarse cuentos relacionados con los medios de comunicación que tengan un final feliz porque con ellos se oculta un punto importante, esencial para comprender la dinámica y la forma de funcionamiento de estos. La mentira es la base sobre la que construir los relatos mediáticos, sean queridas o no, sean provocadas o no, lo cierto es que el ser humano se engaña si piensa que puede "retratar" la realidad y ofrecérsela a sus congéneres. No, la visión mediática es parcial, traicionera, burlona, poco veraz, pendenciera y ansiosa de fama. Esto en sí no es ningún problema si se sabe, se distingue y se analiza lo propuesto. Lamentablemente no es así y mucho descuidado hay por ahí que te sigue soltando aquéllo de que "si lo echan por la tele o lo ponen los periódicos es verdad". ¡Ilusión de ilusiones! No sé si la película de la que se habla en esta entrada fomentará este tipo de cuestiones en el espectador. Sólo se me ocurre pensar que romanticismo y medios de comunicación no deberían de ser pareja. Esto es una aberración.