lunes, 18 de febrero de 2008

Impresiones




Qué quieren que les diga, en dos palabras: im-presionante. La ciudad va descubriéndose cual cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos. ¡Ah, tu voz lenta y triste!- Uy, creo que me he ido por la tangente y me salí del tema, nerudiana además de masculinamente costumbrista en la palabra. En realidad, me pregunto por qué algunas ciudades se me muestran más femeninas que otras, por qué en este caso Barcelona no se me presenta como un héroe que construye el mito de esta ciudad prodigiosa.


Para que tú me oigas, Barcelona, mis palabras se adelgazan a veces y es ahora cuando quiero que digan lo que quiero decirte: Hoy todo lo ocupas tú, todo lo ocupas. Te vamos descubriendo cual mujer, hombre, al fin y al cabo, ser y ahí te nos muestras como distinta indistintamente. Vestida con un tejido de turismo y superficialidad metropolitana para ojos que no saben ver que te pueblan ecos y voces nostálgicas, vidas de otros tiempos grabadas en cada adoquín de tus calles y así hemos ido marcando con cruces de fuego el atlas blanco de tu cuerpo. Hoy paseamos por Gracia y Salud y allí descubrimos que aunque calles, no estás ausente.

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