domingo, 3 de junio de 2007

El chándal

¡Quién les hubiera dicho a los vendedores de verduras franceses que su chandail se llegaría a convertir en pieza indispensable del fondo de armario en la variante de "ropa deportiva que consta de un pantalón y una chaqueta o jersey amplios" (RAE dixit)! Será por eso de que la moda viene de París, supongo. El caso es que el chándal es una prenda para todas las ocasiones: hacer deporte, ver la televisión, limpiar los cristales, salir a pasear al perro, ir a comprar el periódico, pasear ante las cámaras como hacía Rocío Jurado, eso sí con tacones para ir arreglá pero informal, e incluso para entrevistarse con diferentes líderes políticos como Chávez o Nong Duc Manh. Lo que no se ve en la foto es si Castro combinó esta prenda tan versátil con zapatillas de deporte o con zapatos. El colmo de lo "chandalesco" hubiera sido que además de los zapatos hubiese llevado calcetines blancos.
Célebre y razonable es la frase " el hábito no hace al monje" o también " aunque la mona se vista de seda, mona se queda" pero ¿es por ello necesario acudir al chándal?
Si esto sigue así tendré que comprarme uno con alguna lentejuela para la Saturday Night Fever.

1 comentario:

Anónimo dijo...

!Qué viva el chandál! Nada mejor que sentarse en tu sofá de microfibra llevando un chandál de niki. Eso si que es chispeante...