martes, 5 de junio de 2007

y vuelta a empezar....

Desde luego es para volverse locos. Abrir el periodico y poner cara agria de disgusto es un gesto que ocurre con sucesiva periodicidad pero cuando a una se le mustia hasta el alma esto quiere decir que algo aún más deprimente y gris ha ocurrido o está por venir. Bien, la comisura de los labios, los párpados, las cejas y hasta si me apuráis los colmillos de la boca se me han venido abajo cuando he leído que ETA está en pie de guerra otra vez. La retórica del comunicado terrorista no tiene desperdicio y una vez más sus autores demuestran estar a la altura de los tiempos. Tiempos remotos, casposos y de pelo en pecho y pistola en la parte trasera del pantalón. No tengo ganas. Estoy harta de esa violencia obsesiva y sobre todo de los enfrentamientos chabacanos que genera entre aquellos que se dicen demócratas, tolerantes y adalides de la paz. Espero que nuestros encedidos políticos dejen la mecha apagarse y no le echen más madera a la candela...espero también que a la izquierda abertzale le llegue alguna iluminación (divina o no, qué más dará) y entre en razón. Me refiero a una razón universal, eterna y humanista, ajena a fronteras y populismos mediáticos. A una razón difícil de encontrar hoy en día pero quizás por ello más anhelada que nunca.

1 comentario:

Mila dijo...

Hoy es un día triste, tan triste que las palabras quedan amarradas en el fondo del alma. Es doblemente triste al recordar la alegría, ilusión incluso euforia que se vivió con el anuncio del alto el fuego. Es tremendamente triste, más cuando en España todo se arregla con llamarle a uno fascista cuando no comparto su criterio. Triste es la palabra.